viernes, 29 de enero de 2010

DIA 1





Como cada mañana se despertó al estridente sonido del despertador, palpando en su alrededor y tirándolo al suelo. Abrió los ojos y bostezó a la vez que se desperezaba, sus músculos se estiraban como una felina deseosa. Esperó unos minutos y de una patada sacudió las sábanas. Se enderezó y alzó sus brazos a modo de estiramientos inclinando a la izquierda y a la derecha. Girando su esbelta cintura, primero a un lado y seguido al otro. Se puso las zapatillas, no soportaba andar descalza desde el día que se rompió uno de los dedos del pie al tropezar con la pata de una silla. Se dirigió al baño y abrió el agua de la ducha. Esperó unos instantes a que tuviera la temperatura adecuada mientras se miraba en el espejo.

- Uf, ¡qué careto tengo hoy! – exclamó y se metió en la ducha. El agua recorría cada poro de su piel refrescándola. Se enjabonó rápidamente y paseó sus manos alrededor de todo su cuerpo, acariciando cada curva, eso sí, suavemente. Despacio. Le gustaba disfrutar de esos minutos dejándose llevar por la imaginación. Escuchaba el sonido del mar acariciarle la piel, sentía cómo le excitaba el agua. Se dejaba amar por ella. Inesperadamente sonó el timbre de la puerta. Era temprano para recibir visitas y no había quedado con nadie. Se apuró, salió de la ducha envuelta en una toalla y sin apenas secarse se dirigió hacia la puerta.

- ¿Quién es? – preguntó, pero nadie le respondió y volvió a sonar el timbre. Se acercó a la mirilla, la luz de la escalera estaba apagada y no pudo ver apenas nada. Tan solo la puerta de enfrente, un trozo de escalera y la luz del ascensor. Eso quería decir que alguien lo había utilizado recientemente.

Se fue al vestidor y escogió la ropa para ponerse. Volvió a sonar el timbre, repetidamente.

- ¿Quién demonios tiene ganas de sacarme de quicio esta mañana? – murmulló entre dientes y volvió a la puerta. Esta vez abrió de golpe. - ¿Qué ocurre? ¿No puede una vestirse tranquilamente? – y fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba completamente desnuda.

- Perdona, no quería molestar. – le contestó Hugo, que automáticamente se ruborizó al verla y le sonrió.

Hugo era el hijo de sus vecinos del ático. Hacía pocos días que se había instalado en casa de sus padres. Un chico de unos treinta y tantos años, de estatura alta, espaldas anchas, bien formado. Se notaba que se cuidaba. Su pelo rubio algo alborotado y sus ojos verdes no dejaron indiferente a Verónica, que al verse en la situación le devolvió la sonrisa a la vez que lentamente se escondía detrás de la puerta.

- Disculpa, pero ya ves cómo me has pillado. ¿Se te ofrece algo? – le preguntó Verónica, a la misma vez que se volvía a dar cuenta de que no estaba en condiciones de hacer esa pregunta y se le escapó una carcajada.

Hugo la miró y no pudo contener la risa.

-La verdad es que nunca me habían recibido así de bien. – le contestó y volvieron a reír. No, en serio, es todo un placer.

- Mira, déjalo, que al final lo vas acabar de arreglar.

- Claro, eso quiero, acabar de arreglarlo. – insinuó Hugo mientras adelantaba la cabeza intentando mirar.

- Pero, ¿se puede saber qué estás mirando?

- Miraba a ver…

Y Verónica le cortó la conversación

- Sí, ya sé lo que intentas mirar, anda vete de aquí que no tienes nada..

Y antes de que pudiera acabar la frase escuchó el maullido de un gato. Giró la vista y observó cómo un gatito de pelo negro azabache brillante pasaba por su lado.

- Ven, Negrito, ven, mira que te lo tengo dicho, no debes molestar a los vecinos que me pones en un aprieto. – regañó Hugo al gato que se acercó a él ronroneando por sus piernas.

Verónica no pudo articular palabra. Se quedó totalmente muda, incluso se sintió ridícula. El gato de Hugo se había escapado y se había colado en el apartamento de Verónica. Ella siempre tenía costumbre de dormir con la ventana entre abierta.

- Bueno, gracias por devolverme a mi gato. – le dijo Hugo y añadió, espero poder volver para acabar de arreglarlo. – y sonrió.

Tenía una sonrisa arrolladora de la que Verónica no pudo evitar seguir mientras acompañaba a la puerta hasta cerrarse. Se quedó tras ella, pensando y sonriendo en la situación. Imaginándose otro final. Quizás un atrevimiento de Hugo, una mirada cómplice, un beso, una caricia…

De repente sintió unos golpes en la puerta. Abrió sin pensarlo dos veces. Era Hugo.

- Has tardado mucho en volver. – le dijo a la vez que lo cogía de la mano y él se adentraba envuelto en una fantasía.

La besó tiernamente en los labios y rodeó su figura suavemente con sus manos sin dejar de besarla, cerró la puerta con su trasero mientras...


Sensaciones,

Espero que os guste!!

Un beso

22 comentarios:

  1. Uyuyuyuy, que pasó que pasó sigue porfisssss:P:P esto pinta interesante!!!....si ya te digo que ahora la culpa la tiene el gatito de Hugo jijiji......

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  2. jajaja pues muyyyyy bueno!!!!!!
    un abrazo

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  3. Vaya manera de empezar el día...

    Abrazos. :-)

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  4. ¡Me ha parecido muy bien!

    Yo he tenido ese mismo pensamiento, hace tiempo, deseaba que una vecina me abriera igual que tu proganista, y por supuesto, también quería terminar como Hugo.

    Aunque, yo creo que Hugo la tenía enfilada y le tiró el gato por la ventana con la excusa.

    ¡Feliz fin de semana!

    MIGUEL

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  5. No he soñado veces en que me pasaba lo mismo...

    Seguro que a alguien le ha pasado algo parecido...
    Solamente hay que estar en el lugar correcto y en momento adecuado.

    Un beso.

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  6. Pero niñaaaaaaaaaaaaaaaaa..¿me dejas así?Joer Sensa..ahora me tengo que ir a la ducha,jajajaja.
    perfecto..me gusta este comienzo...espero ansiosa el siguiente capítulo.
    Besazos mi niña.MJ

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  7. vale reprimire todo entusiasmo, pero me comprare un gato ya mismo, haber si hay suerte
    un besito cariño
    desde el otro lado de la puerta

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  8. Me ha encantado la historia, ha atrapado mi curiosidad totalmente, volveré para seguir los días.

    Vine para conocer tu espacio blog , y me ha gustado, me he hecho parte.

    Un saludo grande desde Chile,

    Anouna

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  9. Uffff...ese gatito travieso....niñaaaaaaaa......qué bonita historia...quiero que siga.....porfa.....

    Besitos dulces.

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  10. Pero entonces... hay tema, ¿no?:P

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  11. Como eres, nos pones que nuestra imaginación no hace nadamas que volar por si encontramos en algún sitio una persona igual,que te cause esas sensaciones.

    Abrazos

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  12. Que alegria sentiria Hugo prima... a mi no me pasan esas cositas prima... oju que ganas tengo que me pase eso a mi prima... jajajajajajajajajajajajajajajaja

    Un besazo cielo

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  13. SIEMPRE AVIVANDO SENSACIONES, JEJJEE.. UUUFFF...

    UN BESITO REINA¡¡¡ MUACCKK:-*

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  14. Huyyyyyyyyy señor , que peligro tiene la mente jajajajaja , precioso mi niña , estoy impaciente por ver cómo sigue.
    Besitos mi cielo.

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  15. Pero buenooooo, genial, me ha gustado mucho la intriga y por supuesto, como no, el desenlace...aunque si esto pasó el día 1, no quiero ni pensar por donde irán el día 5, jajaja...!!!. Me ha encantado mi niña, muchos besos!!!

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  16. Si así empezó el día mejor ni imaginar como lo terminó...

    Siempre sostuve que los gatitos son animales muy útiles...

    :)


    Besos muchos.


    SIL

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  17. La sensualidad fluye como respiros, qué historia para más buena. Es en el quizás donde se esconden los mejores finales, en el después donde anidamos la fantasía, tras la puerta que escondemos lo que deseamos mostrar.

    Saludos!

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  18. Un placer leerte y sentir esas "sensaciones"

    besos y gracias

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  19. Me pongo al día con tu blog. Es éste siempre un sitio confortable. Un abrazo.

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  20. Con ese mientras dejas mi mnete abierta a mil fantasías....continúa???????????

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  21. Me ha costado una barbaridad leerte, el fondo se me come todas las letras y bueno... no lo he podido leer como bien merecía, lo siento...
    si te diré que me encantó como dominas el enganche del lector y dejas la puerta abierta al siguiente... que se ansía leer.

    con cariño, esencia.

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GRACIAS POR DEJAR TUS SENSACIONES...